Albóndigas de pavo en salsa de mostaza
Lean, que es el mejor amigo de mi hija María, se enamoró de estas albóndigas un día que comió en casa y me lo recuerda desde entonces. Siempre me pregunta por ellas y por cuándo las voy a volver a hacer. Pues nada, que te las hago cuando quieras.
El avío como para cuatro personas:
- 750 gramos de carne de pavo.
- Una cebolla y un par de dientes de ajo.
- Un par de pimientos del piquillo.
- Sal, pimienta, pimentón de la Vera y comino en polvo.
- Leche evaporada o nata y mostaza y un vasito de vino blanco.
- Harina.
- Aceite de oliva.
La receta:
Compra un par de contramuslos de pavo deshuesados y pide al carnicero que te los pique en la picadora, que es más cómodo. Si no, pícalos en casa.
En la víspera pon la carne a macerar con sal, pimienta, un par de cucharadas de pimentón, una pizca de comino y los piquillos bien picados.
El día de autos: Pica la cebolla y el ajo y rehógalos con un pellizco de sal. Una vez hecho el sofrito retira una cuarta parte y lo mezclas con la carne.
Haz las albóndigas del tamaño de una pelota de ping pong. Pásalas por harina y fríelas. Según las vas sacando las vas echando en el cacharro del sofrito.
Una vez que estén todas, lo pones al fuego y añades el vaso de vino blanco. Cuando se evapore el alcohol añades la leche evaporada y dos cucharadas generosas de mostaza suave, además de sal y pimienta negra recién molida.
Deja reducir a fuego lento una media hora. Si ves que la salsa espesa demasiado puedes rebajarla con agua o caldo de pollo. Al final saca las albóndigas, bate la salsa con garbo con la batidora y las vuelves a meter.
Y ya está. Al servir puedes poner un poco de tomate seco picado o nueces o lo que te apetezca por encima.
Y la música:
En las últimas semanas ha publicado su nuevo disco José Ignacio Lapido, del que soy fan desde que aquellos discos de 091 me dejaron pasmado a finales de los 80. El nuevo se llama ‘El alma dormida’ y sigue conteniendo sus señas de identidad: buenas letras, emoción y power pop fetén. Gracias Poeta Eléctrico.